Cosas simples que te hacen feliz

Cómo encontrar cosas que te hacen FELIZ – casi sin darte cuenta

¿Eres feliz en la vida? Es una pregunta algo discordante al principio. Porque si eres feliz, ¿significa que nunca estás infeliz? O si hay algún lugar en el que puedas ponerte para sentirte feliz, ¿cómo llegas ahí?

La búsqueda de la felicidad es una actividad popular para muchas personas. Debido a los diferentes desafíos en cada una de nuestras vidas personales, encontramos que hacer un esfuerzo consciente para ser felices es una tarea en sí misma.

Sigue leyendo para saber dónde está la felicidad y cómo alcanzar la “verdadera felicidad”. Voy a darte algunos trucos para que tu vida sea más feliz.

La felicidad es un estado de ánimo, no es un fin que lograrás cuando obtengas X o Y… Si bien hay gente que cre que es un estado que se alcanza en la vida, hay momentos donde no serás feliz ¡y es totalmente normal! Con esto no quiero desanimarte, más bien al contrario. Se puede ser feliz mucho tiempo, y aprender a encontrar felicidad en pequeñas cosas… Y por ello te voy a dar los tips que mejor me han funcionado para encontrarme feliz y a gusto en mi vida.

Voy a dividir este artículo en varias partes. El primero te daré algunos tips para encontrar felicidad.

1. Encontrar la felicidad en las pequeñas cosas

Cuando pensamos en la felicidad, a menudo ponemos nuestra mente en el futuro de alguna manera.

  • Se acercan las vacaciones de ensueño,
  • la promoción por la que estás trabajando,
  • el bebé que está de camino o la tercera cita con alguien nuevo en tu vida.

Pero la felicidad también se puede encontrar en las pequeñas cosas de un día normal. Así que hoy búscalo allí.

Tómate unos minutos y aplica los siguientes consejos. Verás cómo se ilumina tu día.

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1.1. Un minuto de agradecimiento

Al despertar, tómate un minuto para ti y reflexiona sobre lo que aprecias y amas de tu pareja. Puede también sea un amigo o familiar. O a ti misma. Esto te llenará de gratitud y redirigirá tu enfoque hacia el lado positivo de las cosas.

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1.2. Expresa tu agradecimiento

Dile a tu pareja, familiar o amigo lo que se te ocurrió. Seguramente, le alegrarás el día. Y cuando su rostro se ilumine con una gran sonrisa, de manera similar tú también te sentirás más feliz – porque las emociones son contagiosas.

1.3. Toma 5 minutos para ver cómo puedes ayudar a alguien

Después de reflexionar cómo puedes ayudar a esa persona pasa a la acción:

  • Ofrece ayuda práctica,
  • algunos buenos consejos,
  • busca algo para él/ ella,
  • aliéntale y apóyala o
  • simplemente presta tu oído.

1.4. Sé la sonrisa que deseas ver en tu mundo

Sonríe más hacia las personas que conoces y obtendrás más sonrisas. Te sentirás mejor. Ellos también lo harán. Y probablemente sonreirán más hacia las otras personas que conozcan ese día.

Por consiguiente, no esperes a que otras personas sonrían más, sé la sonrisa que quieres ver en tu mundo.

1.5. Haz feliz a alguien más

No te limite a sonreír. Dale a alguien un gran abrazo. Puedes darle un regalo pequeño o más grande de algún tipo. Incluso puedes cocinar su comida favorita si ha tenido un mal día.

pasta con queso o queso con pasta

1.6. Reduce la velocidad durante (al menos) 3 minutos

Camina y muévete más despacio durante estos minutitos. Deja que tus pensamientos se detengan. Utiliza los 3 minutos para disfrutar de lo que sucede a tu alrededor.

Experimenta (realmente) con todos sus sentidos.

Hay muchas cosas que extrañamos del día a día porque estamos tan preocupados con nuestros pensamientos y planes para el futuro. Una vez transcurridos esos 3 minutos, continúa a un ritmo más lento si así lo deseas.

1.7. Empieza el día poniendo un listón bajo para la felicidad

Sé que suena contradictorio, pero dame un minuto para explicarme. Al abrir los ojos y despertar a un nuevo día, repite:

“Hoy tendré un listón bajo para la felicidad”

He estado utilizando este mandra este durante un tiempo y hace que el día normal sea más feliz. Como resultado, doy menos cosas por sentado, como mi comida, el clima, los pequeños gestos en mi mundo y los pequeños momentos, y a menudo me detengo para apreciarlos mucho más.

Y eso no quiere decir que me convierto en una acción pasiva. Me hace sentirme más inspirada, motivada a buscar las cosas pequeñas que provocan felicidad y la resistencia interna disminuye.

Libro recomendado: la felicidad es el problema

1.8. Sé el día que quieres ver

No esperes que alguien ajeno cree el día que deseas tener. Haz rodar la pelota tu misma.

Actúa y dá el primer o los primeros pasos hacia adelante:

  • Organiza una velada en el restaurante con tus amigas o un picnic en la hierba de primavera
  • Junta a tus amigas para una noche de cine cuando llueva a cántaros
  • Sal a caminar o corre temprano en la mañana para aumentar tus niveles de energía durante el día

1.9. Di que sí a algo nuevo

En tu tiempo libre, prueba algo nuevo:

  • Come algo que no hayas comido antes.
  • Escucha una nueva canción o álbum.
  • Lee nuevo autor o mira una película.
  • Practica un nuevo deporte.
  • Descubre una nueva forma de trabajar o recorrer tu ciudad.

Al salir activamente de lo que es normal para ti o tu zona de confort, descubrirás cosas nuevas y maravillosas en la vida con bastante frecuencia. Esto traerá felicidad a tu vida. Si desarrollas este hábito, en mi experiencia, también será más fácil salir de tu zona de confort otras cosas que consideres más importantes.

1.10. Di no a un “tengo que”

Los deberes (los “tengo que”) en la vida realmente pueden arrastrar esa felicidad y energía hacia abajo y hacer que todo se sienta como un trabajo pesado.

¿Realmente tienes que hacer todos esos deberes en tu lista de tareas pendientes?

¿O tal vez estás atrapada en una rutina y estás haciendo algunas de esas cosas simplemente por hábito?

Hazte una de mis preguntas favoritas:

¿Importará esto en 5 años? ¿O incluso 5 semanas?

Al alejar el zoom de esta manera, es más fácil ver el verdadero valor de hacer algo. Verlo por lo que realmente es. Entonces, hacer preguntas hace que sea más fácil simplemente relajarse y decir que no a hacer algo porque te da cuenta de que, de todos modos, no es tan importante.

Hacer tonterias, descubrir nuevas perspecivas

1.11. Haz lo que en el fondo creas que es lo correcto

En lugar de dejar que de tu boca salgan palabras rápidas y críticas, sé comprensiva. En lugar de picar un caramelo, come una fruta o bebe un vaso de agua.

Cuando un impulso dentro de ti quiere que hagas algo que en el fondo sabes que no es adecuado para ti, entonces haz una pausa. Quédate quieta por unos momentos. El impulso pasará.

Podrás optar más fácilmente por tomar la acción que crea correcta en esta situación.

Luego, aprecia que hiciste lo correcto, date una palmada en la espalda y observa lo bien que te sientes. Continúa haciendo esto y te ayudarás a tí misma a desarrollar una autoestima más fuerte.

Nota: si después de quedarte quieta y reflexionar crees que necesitas el caramelo, ¡cómetelo!

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1.12. Tómate un descanso de 2 minutos para reír

Pocas cosas traerán felicidad y aliviarán el estrés de forma tan simple como reír. Entonces:

  • Vuelve a ver uno (o dos) de esos pequeños videoclips que siempre te hacen reír.
  • Dirígete a tu blog online favorito o al libro predilecto que tienes en tu estantería.
  • Escucha un poco un podcast o un programa de entrevistas que sabes que te parece divertido.

1.13. Quédate quieta por un minuto, cierra los ojos y disfruta del sol

Lo hice hoy y fue maravilloso.

Sin embargo, este truco puede que funciona mejor si has tenido un otoño lluvioso y un invierno lleno de cielos grises durante los últimos meses.

2. Cómo encontrar cosas que te hacen feliz

Vamos con unas preguntas para que empieces a descubrir qué cosas te harán más feliz. Con estas preguntas, solamente pretendo que empieces a reflexionar, para empezar a abrir la mente:

2.1 Pregúntate: ¿hay algo que hago que me encanta hacer?

Quizás hay algo que ya haces que te encanta hacer. Puede ser leer, ir a correr, tomar unas cañas con tus amigos, jugar a la play… Empieza una lista con todas esas cosas que ya sabes que te encanta hacer.

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2.2 Recuerda: ¿Qué hacías de pequeña cuando te daban tiempo para jugar?

Quizás hay algo que te encantaba hacer de pequeño y dejaste de hacerlo por tiempo, pero es algo que te apasiona todavía hoy en día si vuelves a ello. Recuerda si leías cómics, coleccionabas algo, jugabas a construir,… quizás volver a hacer cosas relacionadas con estas actividades te siguen llenando a día de hoy.

2.3 Fíjate sobre qué te pasas horas buscando información

Cuando algo nos apasiona, buscamos información sobre ello. Quizás en libros, revistas, … definitivamente en Google. Seguro que has pasado días en internet intentando saber más sobre algún tema.

Pues ahí lo tienes, empieza a rascar qué es lo que buscabas y que es lo que querías saber. Quizás buscabas sobre plantas porque te encanta tenerlas en casa y querías saber como cuidarlas.

2.4 Haz una lluvia de ideas

¿No hay nada que te venga a la mente de forma inmediata? Toma un papel y empieza escribir ideas de cosas que te gustaría hacer. Escribe todo lo que te pase por la cabeza.

Mira por tu casa, en tu ordenador, que es lo que guardas y te gusta. Simplemente escribe en el papel todo lo que notas. No hay malas ideas en este proceso. Solamente escribe todo lo que te venga en mente y tu cerebro empezará a desgranarse.

2.5 Pregunta a tu entorno

Aquí hay 2 tipos de preguntas diferentes:

1. Pregunta a tus amigos que ven que te gusta hacer: A veces, te sorprendería lo observadores que pueden ser. Quizás te dicen que te pasas horas cosiendo y nunca te diste cuenta que te gustaba la costura…

2. Averigua qué les gusta hacer a tus amigos: Quizás alguien practica un deporte que no escuchaste antes pero al probarlo es tu nueva pasión.

Adrenalina en via ferrata de la costa brava

2.6 Escribe un diario

Empieza un diario y anota lo que haces cada día. Escribe sin pensar mucho, no se trata de una novela, si no de expresar lo que hiciste. Seguramente, escribes también cómo te sentiste sin darte cuenta. Ahí tienes plasmado todas tus sensaciones y lo que te gustó, y podrás detectar momentos que te hacen sentir plena.

2.7 Empieza a escribir notas cuando algo te haga muy feliz

Empieza a escribir notas cuando hagas algo que te produzca felicidad. No hay excusas de papel y lápiz, puedes escribirte notas en el móvil.

2.8 Disecciona los momentos felices

Para poder hacer más cosas que te hacen sentir felicidad, debes saber qué es lo que te hace feliz. Por ello, está muy bien si te haces preguntas sobre esos momentos.

Digamos que ya sabes que mueres por salir los viernes por la noche a beber con tus amigos. La cuestión es preguntarte qué hay detrás que tanto te gusta: quizás descubras que no que te gusta no tiene que con que sea viernes ni con beber alcohol. Más bien quieres ponerte al día de cómo están tus amigas.

Intenta ver que hay detrás de esos momentos felices y será más fácil replicar esos momentos.

2.9 Cultiva los momentos

Aunque nuestros pensamientos siempre intentan trasladarnos al pasado o al futuro, la realidad es que las experiencias las tenemos en los momento presente. A veces intentamos escapar de la realidad volviendo a momentos pasados. Pero cuando estamos en el presente, viviendo nuestras vidas, saboreando cada momento (aunque tenga un sabor amargo), empezarás a apreciar todo y cada uno de los momentos de ella.

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Fotos con amigos

2.10 Haz limpieza – quita lo que no te gusta

Puede parecer una idea estúpida, pero hacer limpieza – aunque sea material -de cosas que no te gustan darán espacio a que tengas a tu alrededor cosas que te gustan.

¿Tienes un regalo en tu habitación de hace mil años que no te gusta más? Tíralo, dónalo… pero apártalo de tu vista.

Super consejo: la limpieza de personas, pensamientos, y creencias limitantes es todavía más poderosa.

3. Encontrar cosas que te gustan

Insto a todo el mundo que haga una lista con cosas que le gustan. Puede que parezca una gilipollez, pero esa lista te ayudará a varias cosas. La primera cosa es a conocerte mejor, y no hay nada mejor en el mundo que puedas hacer por tí que conocerte profundamente. Lo segundo, es que tendrás un recurso maravilloso al cual, cuando tengas un momento de bajón, podrás recurrir.

Irás a la lista, recordarás esas pequeñas cosas que hacen tu vida feliz, y de paso, puede que te vengan imágenes nítidas de esos momentos. Una doble sonrisa aparecerá en tí (en tu cara y en tu corazón).

La lista de este artículo es un poco egoísta, pues lo hago 100% para mí, aunque con un poco de suerte, te motiva a que tu también hagas tu lista – en el formato que quieras – o te saque un par de sonrisas. Como no hay mejor cosa que predicar, aquí empiezo una lista de cosas que me gustan. Esta lista es el primer paso para saber qué me hace feliz.

Quiero ir apuntando todas y cada una de las cosas simples que me gustan, para poder volver a ellas infinitamente. Comprobarás que para ser felices no necesitamos tanto. Empecé con una lista de 10 cosas que me me gustan, y cada día hay más de 100 cosas en la lista. Quiero llegar a 5.000 cosas.

Te preguntarás por qué quiero llegar a 5.000. Pues bien, con un reto “tan alto” estás mucho más atenta a todo, pues debes buscar pequeños detalles para llegar a ese número. Y ello te ayuda a ser más consciente de lo que haces con tu tiempo (y con tu vida).

Quizás te sorprenda de las cosas que hacen feliz al ser humano, quizás hay muchas más de las que te imaginabas. De hecho, hay muchas más cosas de las que yo imaginaba en primer lugar.

Y espero que la lista creciendo pues he hacerme consciente de esas pequeñas cosas, y que cada vez que disfrute de algo recordarlo. Para no olvidarme de nada lo iré apuntando en este artículo regularmente. Por que seamos realistas, necesitamos algún método de seguimiento – y este es el más sencillo que he encontrado.

  • Enjabonarme con una esponja suave.
  • Acercarme a una chimenea encendida y disfrutar del calor que desprende.
  • Comprar un billete de avión. Siempre hay mariposas en el estómago cuando doy al clic de comprar vuelo – aunque esté gastando dinero.
  • El viento acariciando mi cara.
  • Acariciar un gato bonito que veo en la calle – sin pensar que podría pasar.
  • Las gotas de lluvia en mi cabeza en un día bochornoso de verano.
  • El olor de mi vela favorita mientras me ducho.
  • Escribir en una libreta bonita. Qué difícil no comprar cuadernos de viaje.
  • Sacarme los zapatos y liberar tus pies después de una larga caminata ( o unos zapatos nuevos). ¡Qué gozada ir descalza!
  • Los beso de película.

besos de película

  • La luz cuando se va el sol en verano, justo antes de que añochezca.
  • Aprender un poco más cada día.
  • Tomar un tren. Observar el paisaje desde la ventana.
  • Las tostadas con aguacate, ricotta y tomate seco. (Añade escamas de sal y sésamo negro por encima y gózalo).
  • Restarle importancia a lo que antes tenía y no merecía.
  • Taparme con una manta suave en el sofá.
  • Los atardeceres con tonos rosados (sin necesidad de filtros).

Atardecer sin filtros

  • Pasar un día entero en pijama – aunque solamente uno.
  • Las canciones de Jarabe de Palo. Pelos de punta con muchas de ellas.
  • Escribir con un boli que hace que tu letra salga bonita.
  • Regar una planta – hablarle y comprobar (asombrosamente) que todavía sobrevive.
  • Los ojos de mi madre cada vez que nos vemos. ¡Amor infinito plasmados en destellos de luz! (por parte de ambas)

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  • Salir al balcón/ terraza cuando pega el sol de mediodía en un día de invierno.
  • Escuchar la banda sonora de Amélie.
  • Ir en transporte público por la ciudad. Observar los libros que lee la gente.
  • Los auriculares (noise cancelling) inalámbricos. ¿Cómo vivía sin ellos?
  • Ver una tortuga mientras hago snorkel. ¡Qué maravilla!
  • Hacerme fotos con mis amigos cuando nos reencontramos.
  • Enviar postal a mi ahijado y a su hermana.
  • Salir de fiesta con mis amigas, que son lo más.
  • Ver las nubes pasar. Imaginarme formas. Inventar historias sobre esas formas.
  • Los brownies de chocolate veganos. (Elaborados con,aguacate, o habichuelas… Hoy en día hay mil opciones).
  • Ir descalza por casa. Sin zapatillas, ni zapatos, sin calcetines… Y sin que nadie te meta bronca.
  • El orden. No solamente el orden físico, también el mental.
  • Compartir mis vivencias viajeras y ver cómo el gusanito viajero se forma en esa persona que escucha (o lee) mis historias.
  • Comprarme flores y ponerlas en un jarrón bonito. ¡Qué alegría mirarlas!
  • El olor a curry en casa después de un plato rico de comida india.
  • Los mapas, sobretodo los antiguos. Descubrir países que han cambiado de nombre o nuevos territorios es algo que me puede atrapar horas y horas.

Los mapas

  • El primer día que te pones sandalias cuando llega el calorcito. Aunque luego me salgan ampollas.
  • Las risas con Raxi en el bar a las tantas – ayuda incluso después de un día de mierda.
  • Destrozarme los pies bailando.
  • El olor a césped recién cortado.
  • Reconocer que la melodía del viento de hoy es diferente a la de ayer.
  • Ver un árbol y saber qué tipo de árbol es.
  • Escuchar una experiencia viajera de un lugar que todavía no he visitado – ¡cuánto se aprende de los que ya hicieron ese viaje!
  • Pisar un aeropuerto. No solamente porque significa que voy a viajar, sino por todos los sentimientos que se respiran (amor, despidos, reencuentros, nervios…)
  • Quedarme quieta en algún rincón del aeropuerto a observar las personas pasar.
  • Aplicarme crema en el cuerpo y descubrir que zonas están suaves.
  • Comprarme una agenda nueva. Y estrenarla.
  • Los abrazos de mis amigas y familiares. El olor de cada uno de ellos.
  • El silencio absoluto. Tan difícil de conseguir.
  • Esta canción de Blanco White.

  • Cantar en la ducha. Canto mal, pero ahí nadie me escucha.
  • Planear mi siguiente viaje.
  • Comprar especias ricas de algún país lejano – y utilizarlas cuando cocino, obvio-.
  • Escuchar música en vivo delante del mar.
  • Esos días en los que hace un poco de fresquete y me quedo un poco más bajo la manta.
  • La ilusión de mi padre cuando ve mi cara de alegría al saber que cocinará paella. ¡Adoro sus paellas!
  • Una cena a la luz de las velas con el mar de fondo.
  • Los colores del mar mediterráneo, sobre todo entre mayo y junio.
  • Conducir una moto Vespa – contra más antigua y vintage, mejor-.
  • Las sábanas de flores. ¡Necesito la primavera en mi vida!
  • El atardecer en el Sea CAves, que fue mi refugio en tiempos de C***.
  • Un helado de limón (casero) en un día caluroso de verano. Es una combinación perfecta.
  • Comerme una hamburguesa vegetal con unas patatas fritas de acompañamiento.

Hamburguesa con patatas

  • Levantarme con el cantar de los pájaros.
  • Bailar con los ojos cerrados. Es terapéutico.
  • Despertarme en mi autocarvana delante del mar. Abrir la cortina y ver las olas, abrir la venta y oler el mar…
  • Apreciar el olor a suavizante en la toalla con la que me seco.
  • Los atardeceres con banda sonora. Es decir, vas a un bar con música, disfrutas del espectáculo (compañía, bebidas…) mientras baja el sol. Y hay una ovación en forma de aplauso cuando el sol ha caído. La vibra de toda esa energía y alegría es muy fuerte.
  • Un subidón de adrenalina (en forma de via ferrata, paracaidismo…)
  • El tomate seco conservado en aceite. Utilizar ese aceite en un poco de pan.
  • Ir a una playa en temporada alta y que esté vacía. Apreciar ese vacío. Ver y oír como van llegando los demás.
  • Una paella en un chiringuito. Con extra de amigos y risas.
  • Llegar a la cima de una montaña y ver las vistas.
  • Reconocer que el esfuerzo de subir la montaña valió la pena.
  • La brisa fresquita en verano después de una semana de temperaturas muy altas.
  • Conducir con vistas a la playa.
  • Una caminata con vistas – al ser posible con sombra para no pasar calor-.

paellas en los chiringuitos

  • Ver el amanecer, sobretodo si hay unas cuantas nubes pero se ve perfectamente como sale el sol.
  • Poner trocitos de fruta en el agua fría. ¡Qué rica que sabe!
  • No preocuparme de qué me pondré mañana (hablo de ropa).
  • Despertar escuchando el sonido de las olas del mar.
  • Recibir a alguna amiga en el aeropuerto.
  • Los cafés de coco (bebida de helado de coco con café) . No solamente por la sensación gustativa, implica que estoy en un lugar concreto que me encanta revisitar.
  • Tener una hamaca en el bungalow de vacaciones. Y en casa. También en la mochila.

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  • Descubrir que ese vino que compré es lo más delicioso que bebí en mucho tiempo.
  • Escuchar un podcast – y aprender de experiencias vidas ajenas.
  • Preguntar en el bar si tienen Kombucha y escuchar como respuesta: ¿De qué sabor la querrías?
  • El agua de Jamaica – sobretodo si me la tomo en una playa de México -.

aguas con sabores

  • Comer la tortilla de patatas de mi madre – sobretodo si es con su compañía-.
  • Caminar, por donde sea, y obserbar el alrededor.
  • Los abrazos que huelen a amor.
  • Decir alguna palabra nueva en un idioma que acabo de aprender y notar las risitas del local por mi pésima pronunciación. Nos da para para entablar una conversación.
  • Una ducha caliente con una vela prendiendo en el baño. Mejor incluso con música de fondo.
  • Mecerme en una hamaca con un libro en mi mano.
  • La sensación de una caricia recorriendo mi pierna.
  • Hacer coronas ( u otras manualidades) con flores – aunque sean artificiales.

Manualidades con flores

  • Las hamburguesas de Camarón – con extra de queso. (En Bacalar – y en compañía – ya es una experiencia top!)
  • Empezar una serie nueva y confirmar que me alucina desde el primer capítulo.
  • Comprar un buen vino y saber que me lo beberé disfrutando de un buen libro.
  • Flotar en el agua: mar, piscina, río, balsa… o incluso charca.
  • Un día sin móvil. Mejor dicho, sin redes sociales. Sigo utilizando el móvil como cámera.
  • Comer a deshoras alimentos que me gustan – sin importarme sus calorías/ etiquetas: queso con mermelada, pan con tomate, chocolate con fresas…
  • El olor a café por las mañanas.

pequeñeces que hacen feliz - olor a café

  • Hacer una clase de yoga. Mejor si es directamente en el mar.
  • Ver Bridget Jones – siempre me saca una sonrisa.
  • Ir a mi cafetería favorita Y quedarme horas.
  • Releer mis proyectos. Apreciar que he alcanzado alguno.
  • Enviar una carta a mi ahijado. Y a su hermana.
  • Las cámaras instantáneas – y capturar momentos con ellas-.

cámaras instantáneas

  • El aire acondicionado cuando hace ese calor que no se puede respirar.
  • Trabajar con vistas al mar.
  • Una conversación con un/ a desconocida en la zona común de un hostal. Las nuevas amistades que surgen de esas conversaciones.

Lee: ¿qué es un hostal? + Tipos de hostales

  • Una tabla de quesos franceses. Con un poco de “Le Fleur Bleue”, si vous plait.
  • Lavarme la cara antes de acostarme – que gustazo sacar la mierda de todo el día.
  • Encontrar un jabón que cuide mi piel – y huela rico.
  • Hacer limpieza radical “A lo Marie Kondo”. Da igual si es un armario o un cajón.
  • Las bodas de mis amigos. Celebrar el AMOR es una de las cosas más bonitas que hay.

Las bodas de amigos

  • Que una amiga que hace tiempo que no ves te cuente que le va muy bien y es muy feliz.
  • Vosotras, travelistas.
  • Estrenar gafas nuevas. Aunque sean de sol.
  • Escribir en mi diario algo bonito que sucedió.
  • Recibir un e-mail de una desconocida agradeciéndome un tip o artículo que escribí. Me encanta compartir lo que me gusta.
  • Dormir once horas del tirón. Despertarme sin remordimientos.
  • Hablar de mis viajes. Sentir las emociones de nuevo.
  • El chocolate, en todas sus formas, aunque no en todos los colores. El blanco no me gusta.

El chocolate en todas sus formas

  • Los besos inesperados.
  • Dejar ir, despedir. Dejar espacio para que lo bueno y nuevo llegue.
  • Dormir sin poner el despertador, que mi cuerpo se despierte solo.
  • Arrancar hojas de la libreta de tareas cuando estas están completadas.
  • No tirar comida. Saber que aprovecho los restos me gusta mucho.
  • Mirar el álbum de fotos, recordar los momentos que aparecen en este.
  • Descubrir nuevas perspectivas en la vida simplemente jugando, observando…
  • Unas chips y coca cola en una terraza. Puestas a pedir, en buena compañía.
  • La belleza y energía del Cabo de Gata.
  • “Encontrar” algo que creía que había perdido.
  • Un brunch en Can Dende.

Brunch en Can Dende, siempre me anima

  • Comer un trozo de pan con aceite y sal si me apetece. Algunos días añado un poco de vinagre de módena.
  • La conexión inmediata con alguien que acabas de conocer.
  • Los anacardos sin sal.
  • Cocinar con “restos de comida” y hacer una comida deliciosa.
  • El olor de la crema polysianes crema de monoi. ¡Huele a verano!
  • Los días que cunden, en los que “cumplo” con la agenda programada.
  • Hacerme amiga de desconocidas/os simpáticas/os en los hostales.
  • Los laberintos, como el laberinto de Horta en Barcelona (en la foto).

Lee: qué visitar en Barcelona

Laberintos

  • Tachar las tareas ya terminadas – da igual si lo hago con fosforito o con bolígrafo. Me proporciona un placer inmenso tacharlas.
  • Leer durante horas. A ser posible en una hamaca.
  • Escuchar un audiolibro – si es narrado por el propio autor/a todavía mejor.
  • Una taza bonita, sobretodo si está llena de té de bambú.
  • Un plato de pasta rica con queso. O mejor dicho, un plato de queso con pasta.
  • Sentir que hoy llego más lejos que ayer.
  • Una coca-cola con limón en un bar con las amigas. He dejado de beber coca-cola cada día. Ahora solamente la bebo de forma puntual.
  • Si puedo, bebo Fritz kola. Para mí más rica que la coca-cola (es una bebida producida Alemania).
  • La costa albanesa. Sí, la foto es Albania.

Lee: Gúia de Nónada digital en Albania

costa de Ablania

  • Los aperitivos en la playa que se alargan hasta que vemos los atardeceres y nos entra “fresquete”.
  • Descubrir nuevas cafeterías chulas.
  • Sacar solamente la pierna bajo la sábana mientras duermo.
  • Comer algo e identificar el sabor como algo que cocinaba mi abuela. Cómo la echo de menos.
  • Que mi amiga me llame y diga – ¡me voy contigo de viaje!
  • Una video llamada con amigas/ familiares en un momento de esos en los que estás de bajón.
  • Conducir una moto por una carretera escénica con poco tráfico.
  • El olor a “viejuno” de mi autocaravana retro.

Lee: Consejos para viajar en autocarvana

El olor de mi autocaravana

  • Hacer free camping en un lugar remoto. A ser posible cerca del agua.
  • Matar un mosquito que quería picarme. Mucho mejor si es antes de que me pique.
  • Oler una planta de jazmín.
  • Cruzar una sonrisa cómplice con una persona totalmente desconocida.
  • Rociarme con aceite todo el cuerpo. Dormirme con la sensación de estar rociada en aceite.
  • Correr. No me gusta pensarlo, pero me encanta el “after-run”.
  • Las carcajadas de mi abuela Juanita, aunque cada vez sean más débiles.
  • Encontrar piedras en la playa con formas bonitas/ únicas.

las piedras con forma

  • Ducharme con aceites que huelen a gloria.
  • El fresquito que deja una tormenta de verano.
  • Los abrazos después de tiempo sin verse.
  • Poner los pies en un destino nuevo. Disfrutar las cosquillas que siente mi cuerpo en ese momento.
  • Descubrir que el hostal barato en el que me alojo es 100% mejor que el hotel de al lado.
  • Tumbarme en una colchoneta en el agua (piscina/ playa/ lago) y olvidarme del tiempo.
  • Hacer kite-surf. Mejor todavía si es en el Caribe (por el agua caliente y las playas planas).
  • Que me pasen cosas que quiero que me pasen.
  • Tomates verdes fritos. La comida, no la película.

Tomates verdes fritos

4. Ejercicios SIMPLES para encontrar la felicidad

Te dejo aquí un par de ejercicios que me funcionan para cambiar el chip y empezar a ver cosas más felices en un día que se presenta duro.

Si buscas más recursos, encontré un curso gratuito sobre la felicidad (en inglés) en el que te explica entre otras cosas: los 7 hábitos de las personas felices y cómo puedes implementarlos en tu vida. Es gratuito, así que te animo a que lo hagas.

También tengo este libro de ejercicios que se llama Instant Happy Journal. Me sirve de inspiración en días de mier*da. Abro la página y hago el ejercicio, me guste o no hacerlo en este momento… Ayuda a ganar momento para acostumbrarte a agradecer y ver las cosas con otras gafas más rosas.

Lee: 13 páginas para aprender inglés GRATIS

Ejercicio para darte cuenta de cosas que te hacen feliz

¿Tu también quieres hacer tu listado y no sabes por dónde empezar? Te dejo aquí algunos ejercicios simples para que empieces a elaborar tu lista.

  1. En la cama, antes de cerrar los ojos, recuerda un momento de felicidad que tuviste durante el día. Quizás fue la ducha antes de irte a dormir, o la sonrisa del cartero cuando te dió el paquete de Amazon… Anótala.
  2. Recuerda la última tarde/ noche con tu mejor amiga. ¿Qué hicisteis? ¿Dónde fuisteis? Anótalo todo y saca de ahí las cosas más pequeñas y simples que te aportaron felicidad.
  3. ¿Qué habito necesitas soltar/ dejar ir?
  4. Recuerda una canción que siempre que escuchas te alegra.

Ejercicio para alegrar tus días de mierda

En algunos momentos de mi vida, donde pensaba que todo era una mierda y no veía la luz, pude “hackear mi mente” y empezar a animarme poco a poco ayudándome de esta lista.

¿Cómo? Muy fácil, en esta lista está todo lo que te aporta felicidad. Entonces podemos crear.

El tarro de la felicidad.

Para crear un tarro de la felicidad coge un bote vacío (puede reutilizar un tarro de cristal) con un agujero lo suficientemente grande y mete papelitos con cosas de la lista que podrías hacer si llegas a casa en un día de mierda y necesitas animarte, por ejemplo:

  • escuchar la canción “inserta aquí tu canción favorita”
  • encender una vela
  • darte un baño / ducha de agua caliente

Si necesitas animarte, abre el tarro, coge un papelito, y haz la acción que te indica.

Imaginación al poder, yo he incluido hasta fotos con atardeceres, y si cojo ese papelito con la imagen viajo hasta ese momento, lo recuerdo, y lo revivo.

Son pequeñas cosas que pueden hacer que te vayas a dormir mucho mejor de lo que creías.

Aquí te dejo mi lista de Spotify flow con buena vibra.

Resumen para lograr ser feliz

Hasta aquí las cositas que me gustan y hacen feliz y los ejercicios para encontrar la felicidad en las pequeñas cosas más fácilmente. Por lo tanto, te animo a que crees tu tarro o caja de momentos felices y lo utilices bien sea para mejorar un día de caca o para revivir esas emociones bellas que has vivido.

Es importante que vayas añadiendo cosas a la lista, ¡yo también lo iré haciendo!

Te dejo aquí el enlace al ejercicio para encontrar la felicidad. Clica en el link o la imagen y descarga los ejercicios.

Descarga el ejercicio de la felicidad

Te toca a tí

Te propongo que empieces hoy mismo tu lista de la felicidad. Si añades 3 cosas al día, al cabo de un año tendrás una lista de ¡más de 1.000 cosas!

Como tendrás que escribir 3 cositas, estarás más atenta a tu día de lo que te proporciona placer. Y ¿qué mejor que descubrir pequeñeces que nos alegran el día?

¿Tienes algún ejercicio que puedas compartir para poder crear una lista maravillosa de cosas que te hacen feliz? Si es así, comparte tus comentarios con todas. Contra más recursos tengamos para poder crearnos la lista, mucho mejor.

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Anna
Hola, soy Anna! Nómada digital desde 2015 • Traveller soul 🌏 | En La Travelista comparto mis viajes y mi vida como nómada digital.